Marcelo

La homosexualidad entre dos hombres proyectada en la pantalla grande puede ser muy incómoda para un heterosexual, tal fue el caso conmigo con "La Mala Educación" (2004) de Almodóvar, la cual mostró a los homosexuales como perversos y aterrantes seres con intenciones maquiavélicas. Es por eso que me fascinó tanto "Brokeback Mountain" (2005) la cual nos contó la historia de dos hombres que se enamoraban pero no podían estar juntos por las complicaciones que dicha situación trae consigo. No es común que un Hetero quiera que dos homosexuales vivan felices por siempre cuando el filme mira a la temática de frente, pero en el caso de Brokeback, eso era lo que yo quería. No fue eso exactamente lo que sentí con "Marcelo", pero si sentí una gran empatía hacia el personaje, deseando que realmente viviera feliz por siempre, y si era al lado de otro hombre pues que así sea. 

"Marcelo", como todos sabemos, es la opera prima de Omar Yñigo, quien se ha destacado por ser un talentoso guionista. Por varios semestres ha impartido clases en la UDC, algunos amigos míos han tomado su clase, y todos han quedado fascinados por lo que aprendieron de él. Lo único suyo que me ha tocado ver es su cortometraje llamado "La Ventana de Luciano", protagonizado por Héctor Jiménez, posiblemente el actor tijuanense que más ha sobresalido en la industria ya que ha participado en filmes como "Voces Inocentes", "Sin Nombre", y por supuesto, "Nacho Libre". Ese corto me encantó la primera vez que lo ví aquel Halloween del 2007 en el Antiguo Palacio de Gobierno, y quedé sorprendido como con la simple dirección y fotografía pudo crear una atmósfera tétrica y amenazante. 

Ahora viene "Marcelo", la cual cuenta la historia de un joven treintón que aún vive en un mundo de comics y superhéroes, mientras que en el mundo real vive sobre protegido por su madre. A ella no parece molestarle que su hijo viva de esa manera ya que aún puede controlarlo y manipularlo, pero lo que no sabe es que su hijo tiene intereses homosexuales. Está obsesionado con un superhéroe llamado Platino’Kid, quien convenientemente para él tiene un cuerpo musculoso y atractivo. Un día llama a un número 1-800 que ve en una revista pornográfica, en donde un tal Brandon te dará placer por el monto correcto. Hacen una cita, y se sorprende al descubrir que Brandon es en realidad Julio, un joven que le debe a su madre tres meses de renta y vive justo al frente de su casa. La relación que surge entre ambos no es amorosa, sino de descubrimiento. El hecho de que Julio es el tipo de persona que le puede cumplir sus deseos sexuales es emocionante para Marcelo ya que es muy accesible para él, y a Julio le llama la atención este joven quien está dispuesto a lo que sea con tal de ser introducido a este nuevo mundo de placer. Me vienen a la mente los personajes de "Kids" de Larry Clark, quienes presumen y toman orgullo en quitarles la virginidad a diferentes niñas. Para Julio es intrigante hacerlo por Marcelo, y viceversa. 

No todo comienza como un acto de generosidad y nobleza. Julio lo hace por dinero, y Marcelo hace un trato con él: Enséñame y yo consigo para tu renta. Pero muy pronto parece habérseles olvidado todo esto y solo conviven sin compromiso alguno. Lamentablemente nunca se le hace a Marcelo tener relaciones ya que siempre se topan con frecuentes interrupciones, pero Yñigo las maneja no de una manera manipulable, sino una manera circunstancial. Durante la primera mitad de la película su mamá parece ser simplemente la villana de la película, pero cuando la vecina le informa lo que está haciendo su hijo con Julio su papel en el filme cambia, y ya no es tanto una villana sino un personaje antagónico con intereses contrarios a los del protagonista. Omar nos muestra detalles de su pasado, y mientras no estamos de acuerdo con su reacción al respecto, es entendible. 

El filme se mostró a principios de año en el San Diego Latino FF, y desde entonces la mayor parte de quejas que llegué a escuchar fueron sobre la actuación de Aarón Díaz como Marcelo. Ciertamente no es la más obvia opción para interpretarlo, y su actuación es más perteneciente a una telenovela que a una cinta de cine, lo cual es entendible ya que todos sabemos que es un galán de telenovela (Recientemente protagoniza "Santa Diabla" en telemundo al lado de Gaby Espino... maldito suertudo!).  Sin embargo, sentí muchísima empatía hacia el personaje, acepté su situación, entendí su actitud, y al final no pude evitar sentir tristeza por él no porque Omar lo maltratara de la misma manera que, no sé, David Lynch maltrató al Hombre Elefante, sino porque quería que fuera feliz, pero no podía.

Lo que pasa al final nos muestra como el cine mexicano la riega al querer dramatizar las cosas de manera desesperada y obvia. "Marcelo" es todo lo contrario, nos enseña cómo se puede ir cocinando dicho final a través de la película con pequeños momentos introspectivos. Sabemos cómo y por qué llegamos ahí, y en realidad no sabemos cómo va acabar. 

Es un filme muy observativo a los detalles, pero no es un art film. Es entretenida pero no es cine comercial. Tiene momentos cómicos, pero no es una comedia. Tiene una relación entre dos hombres, pero no es un "gay flick". Omar encuentra un perfecto balance entre todo esto en el que nada se ve exagerado, forzado, o sobreactuado. Todo está perfectamente calculado, y gracias a esto la historia se cuenta sin ninguna distracción. En Facebook puse que se me hizo un filme triste, y ciertamente lo es por la manera en como el personaje fue forzado a retener sus verdaderos deseos durante toda su vida, y como ahora que se libera de eso finalmente sonríe. 

Nota: Curioso que sale un personaje que es básicamente el mismo que interpretó Héctor en "La Ventana de Luciano", un discapacitado obsesionado con fotografiar a los OVNIs. ¿Que habrá sido lo que pasó con él la última vez que lo vemos, y qué relación tiene con lo que pasa al final con Marcelo? Eso aún ocupo descifrarlo.  

0 comentarios: