Conan O Brien Can't Stop... y la calidad de los docus



Ver el documental "Conan O Brien Can't Stop" me demostró lo fácil que es hacer un documental, por lo menos desde el punto de vista de un cineasta. No quiero demeritar el esfuerzo que un docu requiere, pero en este particular caso es solo cuestión de estar en el momento indicado con la cámara lista. No he visto el detrás de cámaras, pero mi percepción es que el director, Rodman Flender, grabó horas, y horas, y horas de material durante el tour que Conan hizo cuando se fue de NBC, y lo editó convirtiéndolo en un docu de 89 minutos. Otro documental que me vino a la mente que no he visto es "Lost in La Mancha", aquel docu que fue echo con la intención de que fuera un detrás de cámaras de una película de Don Quijote dirigida por Terry Guilliam, pero surgieron muchas complicaciones que impidieron su realización, y afortunadamente para el director de aquel docu se lograron captar en cámara todas esas complicaciones.  Nunca hemos visto a Conan como lo vemos aquí ya que se expresa sin restricciónes y vemos como los fans llegan al límite de hacerlo enojar, lo cual es impactante para todos nosotros que lo conocemos como el conductor de Late Night que nunca parece enojarse sin hacer una broma al respecto. Pero esto es algo que me imaginaba que vería en este docu, especialmente porque acababa de pasar la bronca con NBC. Ciertamente Conan dice claramente estar aún muy molesto por todo el asunto, y el tour que esta por realizar es una manera de decirle a los productores, en sus propias palabras, "Fuck you!". Recuerdo cuando surgió toda esa bronca NBC era la cadena de televisión más impopular del momento, y Jay Leno era posiblemente la figura más odiada del entretenimiento. Yo en lo personal nunca me enojé con Leno hasta que supe que ni siquiera le llamó a su buen amigo Conan para consultar con él sobre su regreso al Tonight Show, una sola llamada hubiera sido suficiente. Por cuestiones legales Conan no podía salir en TV por seis meses, así que hizo un tour a través del país ya que, como dice el título del docu, simplemente no se puede detener. Otra cosa que resalta mucho es la innegable popularidad de Conan. La escena que más me impactó es cuando salieron a la venta los boletos del tour, y en menos de 20 minutos se agotaron. Es increíble como Conan, aún al recibir tanto amor del público, aún siente cierta inseguridad detrás de la cortina, o tal vez el amor del público es mayor razón para sentirse así. No puede, simplemente no puede defraudarlos con un mal show. Sin embargo, el público puede ser muy desconsiderado, como una escena en la que Conan está firmando autógrafos y varios de ellos le toman fotos con flash casi al frente de su cara, y él, aún en broma, les pide que dejen de hacer eso, y la respuesta que recibe demuestra lo desconsiderado que solemos ser en ocasiones como público. El momento en el que sí me enojé es cuando una de las bailarinas del show trae backstage a toda su familia después del espectáculo y los mete a todos al cuarto donde Conan se encuentra descansando. Por supuesto, los recibe con una sonrisa, pero cuando se van no lo podemos culpar por renegar al respecto diciendo, "Ya no quiero tomarme fotos con gente que no conozco", y el detalle es que es muy probable que muchos de los familiares ni siquiera sepan quién es él. Que el tour fue un éxito no es ningún misterio. Que Conan finalmente encontró su hogar en TBS tampoco lo es. Pero es fascinante ver el lado humano de una figura que ha sido dogmatizada por su sentido del humor y su talento.
Para mí lo más inspirador es el docu en sí, como está hecho y como logra capturar momentos claves que humanizan a dicha persona. Me pone a pensar en la ciudad en sí, en Tijuana, y todos los artistas sobre los cuales podemos contar sus historias y lo fascinante que sería humanizarlos. Otro detalle que quisiera resaltar es que este docu no le pide nada a la calidad que se pudiera obtener con una Canon HV30, y de hecho una DSLR como las que varios cineastas de la localidad tienen obtendría mejores resultados que los que obtienen con este. Esto nos demuestra que lo importante en un docu es la información y la espontaneidad, captar el momento y transmitir el mensaje, y, si tienes el material suficiente, causar emociones en el espectador. El equipo con el que lo logras pasa a segundo plano. ¿O qué? Si lograras captar un asesinato de alguien famoso con tu celular, ¿no es igual de impactante a que lo grabaras con una cámara profesional HD? Lo mismo pasa con el audio. Al comienzo Rodman entrevista a Conan en la cocina de su casa, y a pesar de que está a dos pies de la cámara se escucha lejísimos y con mucho eco, pero ¿qué tiene de malo eso? Lo importante aquí es lo que dice y el sentimiento con el que lo dice. Tenemos a Conan O Brien frente a la cámara compartiendo sus sentimientos con el espectador, y en lo último que pensamos es la calidad del audio. No estoy diciendo que dejemos de procurar la mejor calidad, pero, por lo menos en el caso del docu, lo importante es obtener el material, y si lo podemos ver y escuchar ya la hicimos.

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