Masks


Cualquier actor que no pueda o sepa interpretar emociones frente a la cámara o el escenario generalmente se debe a que no ha vivido dichas emociones. Lo mismo se puede decir de un director de cine, el público puede notar cuando está hablando de algo de lo que no tiene idea. En “Masks” vemos un método de enseñanza actoral en el que te hacen sentir esas emociones a través de procesos psicodélicos y sadomasoquistas. Tan solo en el comienzo vemos a una actriz diciéndole a un hombre que lo ama, “Le creíste?” le pregunta una voz masculina desconocida, el hombre le contesta que no, alguien agarra un cuchillo y se lo entierra en su dedo mientras que la actriz grita desesperadamente que lo ama. Este es posiblemente el único filme que he visto en donde en todo momento estaba alerta, aunque todo pareciera estar bien había algo en el núcleo de todo que no me dejaba sentirme tranquilo. Esto se debe a la ambientación que el director, Andreas Marschall, le da a todo el filme. Si alguien sonríe en el filme siempre lo hace ya sea antes o después de haber expresado ciertas dudas de lo que sea que la rodee, dándonos la sensación de que no todo es lo que parece, y no todo está bien.

Al comienzo vemos a una actriz llamada Stella haciendo un casting para una escuela de actuación. A uno de los jueces le gusta pero al resto no. Este juez, habiendo visto potencial en la muchacha, le da una tarjeta de otra escuela de actuación en busca de talento. Justo cuando llega a la escuela ve a otra actriz salir del lugar, completamente alterada y con lágrimas en los ojos. Mas adelante la vemos en su casa con una amiga, “Que es lo que pasa en esa escuela?” le pregunta su amiga, pero esta parece estar tan traumatizada que no contesta. Momentos después ambas son asesinadas por una figura enmascarada con una espada. Con esto el filme nos revela que no es una escuela normal y que tiene secretos con consecuencias mortales.

Stella llega, hace la audición, la aceptan, y comienza a atender a clases convencionales de cine. Después decide investigar mas sobre el pasado de la escuela, y encuentra un video en donde demuestran el dichoso método, llamado Gdula, en el que los alumnos eran torturados para sentir cosas y luego poder interpretarlas en el escenario, pero lo mas aterrador es que todos parecían hacerlo a voluntad propia. Según el video y los maestros este método se dejó de llevarse a cabo años atrás, y ahorita es una escuela de actuación normal. Pero claro, todos, a excepción de Stella, sabemos que eso no es cierto.

Eventualmente Stella es introducida a este método en las áreas escondidas de la escuela, pero a partir de este punto el filme no hace sentido de manera racional. Por un momento vemos a Stella drogada y casi torturada, pero en el siguiente la vemos actuando en una obra de teatro frente a muchísima gente, y parece estar contentísima por la buena percepción. El filme no explora que es lo que realmente piensa o siente sobre esto, sino se mete casi en su cabeza brindándonos escenas surrealistas y sadomasoquistas. No estamos seguros si lo que estamos viendo en realidad está pasando o nomás en su cabeza. Mientras mas transcurre mas bizarro se pone todo, hasta llegar a un punto en el que uno de los personajes es colgado de arriba abajo mientras que otro personaje le “inyecta” un tubo de hule en la pierna y otro le succiona la sangre. Muy grotesco, verdad? El filme es hipnótico durante la mayor parte de su duración, pero cuando comienza a experimentar el método es cuando deja de ser literal y no todo lo que vemos es lo que aparenta ser, o tal vez sí. Hay persecuciones, momentos de suspenso, muerte tras muerte, sangre, gritos, tortura, etc. Cuando el filme terminó solo quería llegar a mi casa y ver una caricatura de Disney para que me alegrara un poco la noche, dos horas de puras escenas macabras, personajes obscuros, muertes grotescas, y ningún momento cómico o divertido es mucho peso para un solo filme.

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