Southwestern College


Southwestern College, y en general la escuela en E.U. nunca me llamó la atención. Tal vez al principio pero después me desinteresó conforme pasaron los años. Nunca me dieron ganas de socializar como para contactarlos aun fuera de la escuela, y en las clases no me importaba sacar buenas calificaciones, solamente con que las pasara. Que causaba todo esto? Muchas cosas. Una de ellas era que, debido a mi chamba, me veía forzado a agarrar clases de noche, y no es como la UABC que aún hay mucha gente presente a esas horas, sino se convertía en una solitaria y tétrica área en donde lo único que escuchabas eran tus pasos al caminar. Otra era que comencé a estudiar mientras comenzaba mi relación con mí ahora esposa, y como han de saber, los primeros meses de noviazgo quieres estar todo el tiempo con ella, y en ese aspecto la escuela realmente me impedía mucho y se convirtió en un estorbo. Y la más obvia fue que me daba “homesick”, a pesar de que Southwestern College se encuentra en Chula Vista, aun sentía como si estuviera cientos de millas lejos de mi querida ciudad natal. Durante un semestre me tocó una clase en un área de la escuela en donde había un panorama enorme y a lo lejos se veía Tijuana. Cuando esperábamos a que llegara el maestro nomás me quedaba viendo a lo lejos, como si no fuera volver pronto.

Los últimos dos años no fueron tan aterradores ya que solo tenía una clase de noche y las demás de día gracias a que trabajé ahí mismo en la cafetería. No me pagaban mucho pero me daban $5 de crédito diarios de comida. Sobra decir que fue la etapa de mi vida adulta en la que más obeso llegué estar. Aparte, mis compañeros de trabajo eran buenísima onda. Cuando me gradué ni siquiera asistí a mi acto cívico, preferí quedarme a descansar en mi casa.

Realmente no extraño ni nunca extrañé SW de la manera en como extrañé y aún extraño mis tiempos en la Preparatoria Lázaro Cárdenas, pero había algo que siempre resonó de esta escuela, y ese algo fue que mi introducción al cine inició ahí cuando mi hermano Marco se metió a estudiar cine en 1998, de cierta manera todo comenzó ahí. Encima de eso esta escuela me vio a mí crecer como realizador, de la misma manera que vio a Marco y a Joseph Pérez formar una fructífera amistad y realizaron varios proyectos juntos, el más grande que hicieron fue “Sling Blade Symphony”. Todo esto siempre estuvo presente mientras yo estudiaba ahí. A diferencia de ellos yo nunca me metí a estudiar cine como carrera, sino agarré comunicación como la mayoría de ustedes lo hicieron. Mis clases fueron ligeramente relativas al cine, pero nunca profundizaba como las que ellos seguramente tomaron. Cuando entré apenas estaba planeando hacer “Abuso al Arte”, y cuando salí estaba desarrollando la idea para “Séptimo en la Frontera”.

Algo que yo frecuentaba muchísimo durante mis años ahí fue el blog de Aaron Soto pensando que era la guia mas coherente de lo que sucedia en la ciudad. Lo que se me hacia mas interesante era cuando hablaba detalladamente de cómo movilizaba sus trabajos generalmente en E.U. Mi plan era movilizarme en Tijuana primero y luego emigrar mi trabajo para E.U. pero durante los últimos 5 años me he estancado únicamente aquí sin irme para allá. A excepción de cuando mande “Cenizas Quedan” a Imperial Beach Film Festival, consejo que tomé después de ver lo mucho que lo halagaba Aarón en su blog, pero el resultado de esto, lo cual lo pueden leer aquí, fue una de las peores y mas vergonzosas experiencias que he tenido en mi vida. Otro momento que yo recuerdo con melancolía fue una tarde en la que navegaba por la web ahí en SW, era de noche y yo solo hacia tiempo en lo que comenzaba mi clase checando mi Hi5. No recuerdo por que, pero checaba las fotos que tenia el Pillado en su cuenta, y de entre esas fotos vi esta…

…. en la premier de su mediometraje “Extraños Conocidos” en la Sala de Video del cecut en el 2005. Ver esa imagen del Pillado me motivo como no tienen idea y fue cuando comencé a movilizarme para salir de mi cascarón y mostrar mi trabajo. Meses después el Pillado me conseguiría un espacio en el Café Revolver (Q.E.P.D.) para mostrar mis cortos, y meses después de eso compartí la sala de video del Cecut con él. What a Pal!

Al comienzo de “Goodfellas” vemos al personaje de Ray Liotta de adolescente viendo por la ventana de su cuarto a los mafiosos que se juntan cruzando la calle de su casa, anhelando con algún día ser parte de ellos. Así estaba yo durante mis años en SW, viendo por Internet los espacios y eventos culturales que se llevaban en Tijuana, anhelando con que algún día mis trabajos se expusieran en esos espacios, especialmente en el Cecut. Anhelaba con el día en el que yo conociera a gente de Tijuana que estuviera interesada también en el cine, ya que en mis primeros años ahí no conocía a nadie, así que no tenia a nadie con quien realmente pudiera compartir y hablar sobre esto. La escuela fue de mayor impacto para Marco, Joseph y todos ellos ya que sus trabajos los hicieron ahí ya sea grabados o editados. Yo nunca hice nada ahí, considerando que ya tenía cámara y sistema de edición por mi cuenta, pero la escuela vio mis diferentes estados de progreso y conocimiento de varios aspectos y de la gente que formaba, y aun forma, parte de la localidad. Para cuando salí de ahí, tenía cierto conocimiento, pero mucha seguridad de que podía realizar un proyecto donde hablara de gran parte de los cineastas independientes de Tijuana. Drastiquísimo cambio a como había entrado años atrás con la mente completamente en blanco.

Como dije previamente, no extraño esos tiempos, pero los recuerdo como momentos cruciales en lo que se le pudiera llamar “mi desarrollo” como realizador, y detrás de esos momentos esta Southwestern College, escuela que no formó parte directamente, pero fue una buena herramienta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
10:48 a.m.

pillado rifa!

Jose Paredes dijo...
6:36 p.m.

Asi es!