Una reseña de Apodaca, 2009.

Juan Alberto Apodaca (Sentado a la derecha)

EL CORTOMETRAJE EN TIJUANA. UN GÉNERO VIVO, PARTE I
Por Juan Alberto Apodaca

Hoy comienzo una serie de columnas sobre el cortometraje hecho en Tijuana, género que ha tenido una gran presencia en la ciudad y fuera de ella, con trabajos cuyas pretensiones van desde la proyección casera o en cafés hasta la competición en importantes festivales a nivel mundial. En la actualidad, lamentablemente no existe un trabajo serio que nos muestre cómo comenzó esto de la producción audiovisual, de cortos, pues, en Tijuana, aunque el joven José Ángel Paredes lo intentó con su Séptimo en la frontera (2008). A pesar de la buena edición del video, y de la pertinencia e importancia de algunos entrevistados (Víctor Soto Ferrel, Norma Iglesias, Gabriel Trujillo Muñoz, Aarón Soto, Adriana Trujillo, Juan Antonio Pantoja, entre otros), el trabajo se tornó tendencioso y con un protagonismo innecesario por parte del mismo realizador. En lugar de centrarse en hacer un recuento histórico de la actividad fílmica en Tijuana, que tanta falta hace un trabajo de ésa índole, terminó grabándose él mismo en la presentación de algunos de sus cortos, como el cursi a más no poder Cenizas quedan (2007), así como dando una plática a estudiantes de la preparatoria Lázaro Cárdenas. Pregunto, ¿qué tenía que ver lo anterior con el fin último del documental? Además, su trabajo extrapoló aún más a los dos tipos de realizadores de la ciudad: los llamados colectivos (jóvenes organizados, o más bien, institucionalizados) y los “independientes” (jóvenes que no utilizan mayores recursos para hacer un cortometraje que lo estrictamente necesario). Pero es que ninguno de los dos tipos tiene la verdad absoluta de cómo hacer cortometrajes. Hay que tener en cuenta que sin una buena idea, sin una historia interesante qué contar, por más recursos y conocimientos que se tengan para hacer cine, de nada sirven. Por otro lado, si se quiere contar algo de manera muy artesanal, con locaciones tomadas de la realidad y/o sobreponiendo el contenido sobre lo estético, si no hay idea, no sirve. Claro que el cine experimental es historia aparte. La creatividad no se aprende ni en una escuela de cine ni simplemente haciendo cine. Dos ejemplos de buenos realizadores locales, cada uno con sus pretensiones bien definidas, son Julio Pillado y Álvaro Zendejas. Pillado estuvo a cargo de dos cineclubs: el del Cecut y el del Café Revólver; actualmente lleva la batuta del cineclub de Transmedios El estupendo cortometraje Pares (2007), que hace alusión tanto en lo estético como en el sonido a Fando y Lis (1969) primer filme de Alejandro Jodorowsky, es un claro ejemplo de la idea de Julio Pillado en la realización cinematográfica: hacer cine por diversión, por contar algo fuera de los cánones de la industria, de las tendencias comerciales. La visión de Pillado viaja entre lo absurdo, lo pánico y lo surreal, pasando por el guarrismo de John Waters y lo estéticamente inquietante de Tod Browing. Para mayor información de este realizador, puede visitar su blog: http://pilladowsky.blogspot.com Por otro lado, tenemos a Álvaro Zendejas, joven nominado para los premios Ariel del 2007, por su cortometraje Sheep Poem (poema ovejuno), realizado con un presupuesto ínfimo pero con una pretensión muy clara, competir en festivales. La visión de Zendejas fue muy bien recibida en los festivales de Morelia (en el que ganó por mejor cortometraje experimental con L` instant avant (2005)), Escocia y Cannes, convirtiéndose en el único tijuanense en conseguir tan importantes logros. El último trabajo de Álvaro fue La ciega revolución (2008), el cual peca de actuaciones poco profesionales y un sentido de la trama no tan profundo como se hubiera querido, sin embargo, es otra cara del realizador, una muestra que sigue experimentando por otros caminos dentro del quehacer cinematográfico. Julio Pillado y Álvaro Zendejas son claros ejemplos de realizadores “independientes”, (sea lo que sea que eso signifique) e inteligentes, que han sabido lo que quieren en su momento y lo han conseguido, reitero, dentro de las pretensiones de cada uno. Habrá que seguirles la huella y estar pendientes de sus nuevos trabajos.

Columna publicada en la sección Escenario de El Sol de Tijuana. Miércoles 5 de agosto de 2009

Tomada de Espezimenes de Abraham Sanchez

Quien es Juan Alberto Apodaca? No sé, pero hizo lo que yo tanto deseaba en cuanto el docu: Escribir una reseña constructiva sobre el proyecto, aunque se enfocara mayormente en lo que no le gustó. Juan Alberto es la milésima persona que se ha quejado de que hiciera breves apariencias en el docu, lo cual hacia verme como el protagonista del docu. De hecho, cuando me hicieron esa observación la primera vez acumulé todas las escenas en las que hablo de mi mismo en el proyecto, acumulando un total de 5 minutos de 95 que es lo que dura el docu. Es lo suficiente para ser el protagonista? Aparentemente sí. Que tenía que ver con el fin último del documental? Lo que estoy por contestar no es contradicción a lo que JA alega, sino lo contesto por que claramente lo pregunta: Pues me puse ahí entre medio para que hubiera mayor relación con el público de lo que pasa al mostrar que no se ocupa ser un genio para contar algo que uno mismo está viviendo. Era necesario? Depende del objetivo, para proveer la información no lo era, pero si para humanizar un poco el docu, cosa que raramente se hace a ecepcion de "Presunto Culpable". Lo he contado varias veces y lo contaré de nuevo, cuando Abraham Ávila me dijo que “Cenizas Quedan” se pudo haber contado en 10 minutos en vez de 28 me dijo que habían muchas partes que podía haber quitado y aun se contara la historia. Esto es cierto, pero mi objetivo no era contarla, sino transmitir emociones, y en base a la reacción de muchísima gente, lo logré. Supongo que seguí los pasos de Michael Moore, quien se mete a si mismo en sus docus. No sé si es por eso, pero por que sus docus son muy persuasivos? Cosa que también me dijeron de Séptimo. En cuanto la escena en la que salgo en la Lázaro, el motivo fue el siguiente: Hago mención que en 1999 los jóvenes de la prepa no hacían cortos por qué no llegaba el equipo aun en nuestras manos (Lo ilustro mostrando imágenes que grabé durante mis años en esa preparatoria), pero ahora ya hasta certámenes se llevan a cabo (Lo ilustro mostrando la semana de comunicación en la que le doy una plática a los jóvenes). Esos fueron mis motivos, pero aparentemente lo único que vieron fue a mí, a mí, y a mí únicamente.

Ciertamente hace falta un proyecto que cuente la historia de lo local, cosa que nunca quise hacer con Séptimo. El docu era más que nada enfocado en el AHORA (Estamos hablando en el 2008), haciendo una breve mención del origen de todo en el 96 con los proyectos de “Bola 8” y “Todos los Viernes son Santos” de Héctor Villanueva. Después, al igual como lo hizo “2001: Space Oddisey”, me adelantaba diez años hacia el presente, mostrando lo que se llevaba a cabo en la ciudad en el presente.

En la muestra que hice en el Cecut en el 2009, un mes después de que se publicó esta reseña de JA, un miembro del publico me preguntó por que mostraba la diferencia de académicos y autodidactas en vez de mostrar la historia de todo esto, acaso era JA? No lo sé, pero mi respuesta fue la que ya he dicho aquí varias veces: Yo nunca tuve como objetivo mostrar esas diferencias! Sino mostrar lo que se llevaba a cabo recientemente, y después de hacer las entrevistas me di cuenta que este conflicto era algo que se llevaba a cabo recientemente, así que decidí explorarlo.

Algo que JA hace que me dio mucha alegría y que muy pocos han hecho es reconocer las buenas ideas del Pillado, quien regularmente es atacado por la comunidad por ser sumamente informal en cuestión de formación y perverso en cuestión de contenido. No tienen idea cuanto me atacaron por haberlo entrevistado para el documental.

JA también hace la universal y frecuentemente mencionada afirmación de que no importa que estudies o no estudies, es cuestión de ideas. El día en que eso sea cierto créanme que les compraré una cheve a todos y a cada uno de ustedes junto con una Canon 50D, pero por mientras simplemente será una cheve. No tienen idea lo que he visto en los 3 años después del docu en cuanto esta temática, me gustaría contarles como una forma de advertencia, pero algo que también me he dado cuenta es que nadie escucha hasta en los casos más obvios, simplemente me catalogan como "El tipo que empieza la bronca". Supongo que son de esas cosas que las tienen que encontrar por su cuenta.

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